sábado, 19 de diciembre de 2015

BUENOS RELIGIOSOS: PRIMERA PARTE - EL JOVEN RICO


“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores, adorarán al Padre en Espíritu y en Verdad, porque también el Padre, tales adoradores busca que le adoren”. (Juan 4: 23).
Marcos 10: 17-31. Jesús continuaba su camino luego de bendecir a los niños y vino corriendo un joven, quien hincando su rodilla delante de Él, preguntó:
-Maestro Bueno: ¿Qué haré para heredar la Vida Eterna?
Cuando Jesús le refirió acerca de los Diez Mandamientos, él le respondió:
-“Todo esto” lo he guardado desde mi juventud.
Nos cuenta Marcos que Jesús lo miró con Amor. Estaba ante un joven fiel a los Mandamientos y que buscaba más de Dios. ¡Quería saber cómo heredar la Vida Eterna!
Probablemente había escuchado hablar de Jesús, por eso antes de que se fuera del lugar, corrió hacia Él y lo llamó Maestro Bueno, hincándose ante Él, pues reconocía que era Enviado de Dios. No iba a permitir que Jesús se fuera de allí sin antes decirle qué le faltaba HACER para heredar la Vida Eterna. Él ya había hecho mucho, muchísimo para Dios desde su juventud. Era un “buen religioso”.
Religión: Es todo lo que el hombre hace para llegar a Dios y para agradarle: rituales, sacrificios, ofrendas, ayunos, etc.
¡Pero la religión no sirve para heredar la Vida Eterna! Y él lo sabía o lo presentía.
Maestro Bueno:
¿Qué tengo que hacer para heredar la Vida Eterna? Con los Diez Mandamientos no la heredo. ¿Qué otra cosa tengo que agregar? ¿Qué otro Mandamiento tengo que cumplir? ¡Qué tengo que hacer más?! ¡Quiero heredar la Vida Eterna!
Jesús le dijo:
-UNA COSA TE FALTA:
Anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres y tendrás tesoro en el cielo. Y
VEN, SÍGUEME, TOMANDO TU CRUZ.
Una cosa te falta: “agregar al TODO ESTO GUARDÉ desde mi juventud”: Justicia, Misericordia y Fe. (Mateo 23: 23).
Jesús le presenta al joven el Evangelio: amar, renunciar, dar, negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirlo.
Dios no quiere religiosos. Por medio de Jesús viene al mundo a buscar lo que se había perdido allá por Génesis, al comienzo de la Creación, de la vida en la tierra.
Pero el joven tenía otras expectativas. Se había visto o imaginado con todo lo que tenía: joven rico, religioso, codiciado y envidiado por todos, y desde ahora, haciendo algo más, muy poquito más, ¡heredero de la Vida Eterna! ¡Sólo eso le faltaba! ¡En la tierra ya lo tenía todo!


Pero al escuchar las palabras de Jesús se afligió mucho y se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Jesús entonces, mirando a sus discípulos les dijo:
-Hijos, ¡Cuán difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que CONFÍAN en las riquezas!

*     *     *     *     *

“No se hagan tesoros en la tierra… sino hagan tesoros en el cielo…
Porque donde esté vuestro tesoro allí también estará vuestro corazón”. ( Mateo 6: 19- 21).

El joven rico no entendió que: “Toda la Ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Gálatas 5: 14).
“El Amor no hace mal al prójimo, así que el cumplimiento de la Ley es el Amor”. (Romanos 13: 10)
“Porque el fin de la Ley es Cristo”. (Romanos 10: 4).
“Ustedes dejan lo más importante de la Ley: la Justicia, la Misericordia y la Fe” Señor Jesús. (Mateo 23:23).
PERO EL JOVEN LE DIJO NO A JESÚS.
Eligió seguir siendo el joven rico, “buen religioso”, pero confiando, por sobre todas las cosas, en sus riquezas. Sí, él amaba, pero no a Dios y a su prójimo, amaba a sus riquezas Ellas eran su Tesoro, y ahí estaba su corazón. Para él, Dios era sólo religión, esto es, cumplir Mandamientos. ¿Tengo que amar la Justicia, hacer Misericordia y ejercer Fe en Jesús? ¡No, no y no! Ese paso no lo doy.

Marca el número que consideras que te representa:
1.- ¿Eres un buen religioso? Cumples con la religión para quedar bien con Dios, pero pones tu confianza en tus estudios, situación económica, seguridad social, etc. Confías en que todos hablan bien de ti porque llevas una vida recta, ética y moral.
2.- ¿O eres un adorador de Dios en Espíritu y en Verdad? Has depositado tu Fe en el Señor Jesús, arrepentido le has pedido perdón por tus pecados y le has recibido como Salvador Personal y Señor de tu vida, renunciando a toda religión que practicabas o resto de religión que se te ha quedado pegada.

REFLEXIONA:
¿DÓNDE ESTÁ TU TESORO: EN EL CIELO O EN LA TIERRA?
¡EN ESE LUGAR ESTÁ TU CORAZÓN!

¡QUE EL SEÑOR JESÚS SEA TU TESORO, CON ÉL ESTARÁ TU CORAZÓN Y HEREDARÁS LA VIDA ETERNA!




(Elena Sanfilippo Ceraso
    viernes 18/12/2015)

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